35 Km
La etapa más hermosa
De A Gudiña salimos cruzando el pueblo por la calle Mayor hasta encontrar un cruceiro y dos de las piedras del escultor Carballo que nos indican las dos alternativas que tenemos desde allí. Habrá que explicarle al caminante-peregrino que en Galicia son frecuentes las alternativas del Camino. La razón es que, al tratarse de un camino organizado hace poco más de diez años, intereses políticos y localismos hicieron que el camino sufriera varias divisiones. Aquí le informamos de todas para que usted elija.
Desde A Gudiña puede seguir hacia Laza- 196 kilómetros a Santiago-, o hacia Verín- 228kms-. Esta última es aconsejable para los ciclistas, pues transcurre casi toda la etapa por la N-525, con muy poco tráfico y buen firme.
Si elegimos la alternativa de Laza haremos una de las etapas más hermosas de todo el camino- al menos eso piensa la redactora de la guía-, aunque gran parte se hace por carretera asfaltada y poca sombra. La Asociación de Amigos del Camino Mozárabe de Ourense ha pedido a los distintos gobiernos de la Xunta de Galicia la construcción de un pequeño sendero unipersonal por el arcén de la carretera para evitar al caminante la dureza del asfalto. De momento no lo consiguieron.
Salimos de A Gudiña a la carretera de Vilariño de Conso y subimos al alto do Espino (1.088 metros). Dejamos atrás a la izquierda la montaña O Tameirón, que linda con Portugal y a la derecha de la sierra de O Cañizo. Pronto allá abajo aparece la vía del ferrocarril Madrid-Zamora-Ourense, la obra de ingeniería ferroviaria española más importante del siglo xx, con más de cien túneles entre A Gudiña y Ourense. Pasaremos por tres pueblos que llevan el topónimo Venda (venta en castellano), lo que indica que este fue un camino de largo recorrido para los gallegos que iban a Castilla, durante siglos caminando como los peregrinos de hoy, en el abundaban las ventas o mesones a las que daban el nombre del propietario. La primera, a 5 kilómetros de A Gudiña, es la Venda da Cerdeira (Cerezo) a la que dio nombre un viejo cerezo de más de 200 años que sigue allí. Le siguen la Venda de Teresa y la de Bolaño. En cualquiera de estos pueblos podemos ver pequeños montones de raíces. Son los torgos o raíz de la uz (brezo en castellano) que en primavera dan un hermoso tono morado a las montañas, en invierno calientan las cocinas y estufas de los campesinos y en otro tiempo se utilizaron para fabricar carbón vegetal. Pronto aparecerá a la izquierda el embalse del Parque Natural del Invernadeiro. La nieve y la niebla son frecuentes en esta zona gran parte del año dando al paisaje un misterio y grandeza poco común. La primavera suele ser hermosísima.
Después de 21 kilómetros de disfrute y sufrimiento a la vez, llegamos al pueblo de Campobecerros sobre el río Camba. Pueblo muy rural en el que el ferrocarril y la construcción de los embalses tuvieron mucha importancia durante el siglo xx. Hay dos bares con no muy buen servicio. La salida hacia Portocamba es una subida por carretera comarcal durante 4 kilómetros con el río allá abajo. Cruzamos Portocamba sin dejar de echar un ojo a las abandonadas casas de interesante arquitectura popular. Seguimos por camino de losas de pizarra hasta encontrar una gran cruz de madera de castaño donada por los frailes del santuario orensano de Los Milagros, alrededor de la cual se formó un milladoiro. Cumpliendo el ritual de dejar la piedra y dedicar un recuerdo a los peregrinos muertos en el camino, empezamos a bajar hacia Laza por una pista forestal ancha de tierra, con pinos a la izquierda y los montes Meda y Trez a la derecha, donde en otro tiempo se explotaban minas de cal muy escasa en Galicia. Un cartel de la Xunta nos advierte de que estamos en zona de fauna protegida. Bajamos a la aldea de Eiras entre una magnifica carballeira (robledo en castellano). Desde aquí volveremos a caminar por carretera asfaltada hasta Laza durante 6 kilómetros. Hay una fuente a mitad de camino.
A Laza entramos por un sendero que desemboca en la carretera, a un kilómetro de la primera casa. Si torcemos a la derecha iremos al área recreativa a orillas del río Támega, uno de los más bonitos de Galicia, a la que el geógrafo don Ramón Otero Pedrayo definió como “el país de los mil ríos”, en la que podemos descansar y refrescar los pies. Si seguimos al pueblo, torcemos a la izquierda hasta encontrar el desvío a la derecha que nos lleva al albergue, las oficinas de Protección Civil y el Ayuntamiento. El albergue está a doscientos metros, en un altillo con magníficas vistas y silencio. Conviene pedir la llave al pasar por Protección Civil, que en este municipio atiende especialmente bien a los peregrinos. Es un edificio moderno de una planta, bien amueblado, con tendedero, lavadero, cocina bien provista y muy limpio. Tiene 34 camas. Carca están el centro médico y la farmacia donde curan las ampollas del, a estas alturas del Camino, maltrecho peregrino.
Laza es un pueblo famoso sobre todo por sus carnavales de valor etnográfico. Tiene 500 vecinos, dos bancos sin cajero automático y una entusiasta de los peregrinos, Ángeles, propietaria del Bar Picota en la parte alta del pueblo, donde da comidas e información. Hay también una casa de turismo rural a un kilómetro del pueblo.