El Camino Mozárabe

DE SEVILLA A SANTIAGO POR EL CAMINO MOZÁRABE

Elegir la Ruta de la Plata y el Camino Mozárabe para llegar a Santiago suele estar motivado por una de estas tres cosas: que ya se hizo el Camino Francés, que prefiere un camino sin multitudes y con sorpresas o, sencillamente, que tiene curiosidad por conocer la rica variedad de la España que va de sur a norte. ¿Por qué se llama “de la plata”? No está muy claro. Algunos historiadores creen que el nombre tiene origen árabe y todos coinciden en que nada tiene que ver con la plata que los romanos extraían en las minas del norte. Sepa que antes que usted por aquí pasaron los romanos para “civilizar” al norte de España, los árabes, para más o menos lo mismo, los cristianos para reconquistar el sur y los mozárabes para escapar de los moros, además de todos los que tenían interés en llegas a Santiago por devoción, obligación (en el caso de los delincuentes condenados) o curiosidad. Esta variedad de usuarios de la ruta la convierte en una sucesión de ciudades y pueblos históricos con una larga lista de monumentos de estilos variados, obras de ingeniería espectaculares, con un paisaje y una fauna riquísimas y una población que merece la pena conocer.

Pero sabemos que el peregrino a Santiago no dispone de mucho tiempo- hacer toda la ruta supone algo más de un mes- ni le conviene perder el ritmo y “enfriarse” parándose demasiado. Por eso le aconsejamos que si le interesan el arte y la historia de la ruta se informe en los libros dedicados al tema. Esta guía es sólo eso: una fuente de información para que usted no se pierda, sepa dónde encontrar lo que necesita y contribuya a hacerle el camino placentero y satisfactorio. Con la experiencia de muchos años haciendo los distintos caminos a Santiago hemos llegado a la conclusión de que el Camino es sencillo de hacer si está bien señalizado y este lo está bastante bien. Aun así hay caminantes que se pierdan, quizás porque no se han convencido de que hay que caminar relajados pero atentos. Partiendo de esa base quisimos hacer una guía fácil de manejar, que pese lo mínimo y agradable de leer. Las poblaciones por las que pasa cuentan con Oficinas de Turismo y folletos informativos. De todos modos la mejor fuente de información suelen ser los propios vecinos.

EL CAMINO MOZÁRABE

La Ruta de la Plata la hicieron en 2009 un total de 6.231 peregrinos; de ellos, 1.905 desde Sevilla. Comienza en Sevilla y supone unos 1.000 kilómetros hasta Santiago, ofreciendo dos alternativas: En la Granja de Moreruela  (Zamora) puede incorporarse al francés o seguir por el conocido como Camino Mozárabe, que entra en Galicia por Zamora. Aquí elegimos este último por dos razones: está menos masificado y ofrece un panorama variado de la Galicia interior. Durante años la promoción del Camino francés acaparó toda la atención de los organismos oficiales. A partir de los años noventa del siglo XX el impulso de numerosas asociaciones de Amigos del Camino (en el caso del Camino Mozárabe la actuación de la Asociación de Ourense fue definitiva) y la afluencia de peregrinos presionaron para que poco a poco este Camino de la Plata perdiera su aislamiento. Ahora es un camino bastante bien señalizado y con servicios al peregrino cada día más completos.

Este camino cruza cuatro de los ríos más importantes de España comenzando en Sevilla por el Guadalquivir, siguiendo el Guadiana, Tormes, Duero y Miño y transcurre por ocho provincias: Sevilla, Badajoz, Cáceres, Salamanca, Zamora, Ourense, Pontevedra y Coruña. Se detiene en cuatro ciudades Patrimonio de la Humanidad: Mérida, Cáceres, Salamanca y Santiago. En él se encuentran los yacimientos romanos más importantes de la Península: Itálica en Sevilla y Mérida. La altitud pasa por el nivel del mar de Sevilla a los 1.260 metros del Padornelo en Zamora. La vegetación es variadísima: olivos, encinas, vides, cereales, brezo y retamas, hasta llegar a Galicia, donde comienza la abundancia de pinos, robles, prados y castaños. La gastronomía es rica y variada. Hasta Zamora encontraremos los embutidos y derivados del cerdo mejores del mundo, pero tenga en cuenta que la calidad va a depender mucho del precio. Son magníficas las legumbres: lentejas, habas y garbanzos, además de los variados productos de huerta y carnes de ternera con denominación de origen. En Galicia hay abundancia de castañas, frutas y setas. Muchos de estos productos están al alcance de los peregrinos que pueden cogerlos sin entrar en propiedades privadas. Pasamos también por tierra de buenos vinos que no están reñidos en absoluto con el buen camino.

El peregrino de la Ruta de la Plata suele ser de mediana edad, con tendencia a la soledad (no abundan los grupos numerosos), con abundancia de extranjeros, gente capaz de cubrir etapas más largas de lo habitual y dispuesto enfrentarse a sorpresas e imprevistos. Pero no se haga muchas ilusiones, hasta en el sitio más recóndito puede encontrarse un coche o un habitante.

 

DOS CAMINOS EN UNO

Se puede dividir este camino en dos grandes etapas: de Sevilla a Puebla de Sanabria y de Sanabria a Santiago. La primera es muy llana y fácil de caminar casi siempre por caminos de tierra por donde se desplazada el ganado. Su mayor inconveniente es la distancia entre poblaciones y, sobre todo, la dureza del sol y del calor. Todos los pueblos que se encuentra son cabeza de municipio, lo que supone que ofrecen todo tipo de servicios, desde médicos a administrativos, aunque también depende del número de habitantes. En Andalucía, Extremadura y Salamanca esta ruta atraviesa fincas privadas en las que se crían animales sueltos, entre ellos toros. El primero que se encuentre le producirá miedo; produce no demostrárselo echando a correr, por ejemplo. Pase junto a él como si fuera un viejo conocido y verá que él ni lo mira. No consta que hayan atacado a ningún peregrino. Al salir de la dehesa en la que pacen, no olvide cerrar la cancela que habrá tenido que abrir para seguir el camino. En esta, digamos, primera gran etapa hay albergues de peregrinos en todas las poblaciones, que suelen depender del ayuntamiento le cede la explotación. Son baratos y a veces solo cobran la voluntad. En general son limpios pero un tanto cutres y con pocos servicios. En casi todas las poblaciones hay pequeños hoteles o pensiones con precios asequibles.

A partir de Puebla de Sanabria comienzan las subidas, que a veces son duras de verdad. A cambio el clima es más benigno; cada pocos kilómetros se cruzan aldeas habitadas y el paisaje se hace más variado y suave. En Galicia los toros son sustituidos por la abundancia de perros. Habitan en las aldeas con los vecinos, tiene dueño y no suelen atacar. Basta con enseñarles el bastón o una piedra para que dejen de molestarle. En Galicia abundan los bares, las fuentes y los lavaderos. Son aguas potables pero muchas no están tratadas por lo que,  a no ser que se muera de sed, mejor no beba. Puede refrescarse, incluidos los pies que se lo agradecerán. Los albergues en Galicia fueron hechos todos por la Xunta de Galicia aunque el mantenimiento depende de los ayuntamientos. Son edificios nuevos, algunos bien previstos de servicios. Suelen estar muy céntricos, lo que permite la relación con los vecinos.

Los aficionados a los caminos saben que la mejor época para caminar son el otoño y la primavera, pero seguramente usted hará el camino cuando pueda. Le conviene saber que hasta llegar a Galicia los veranos pueden ser duros, de temperaturas y soles fuertes y los inviernos pueden obsequiarle con una nevada considerable. Sea prudente y mida sus fuerzas.