25 km
Entramos en Galicia
Para salir de Lubián nos situamos en el centro del pueblo en la calle Hermisende. Allí aparece una nueva señalización. Se trata de unas piedras artísticamente esculpidas por el escultor orensano Carballo, por encargo de la Asociación de Amigos del Camino Mozárabe de Ourense. Hay más de cien colocadas en la provincia de Ourense y todas son distintas. A partir de esta piedra una bajada fuerte, cubierta con cemento, nos lleva hasta el río Tuela, donde se encuentra un área de deporte y expansión muy agradable- que recomendábamos ayer- y el santuario de la Tuiza (1827), bajo los agresivos puentes de la autovía. Aunque seguimos en la provincia de Zamora, la presencia de Galicia comienza a hacerse presente con la abundancia de fuente públicas, casi siempre con agua de la traída oficial. Subimos a la N-525 y aquí tenemos dos alternativas para llegar al alto de la Canda.
Podemos coger un hermosísimo sendero con árboles y monte bajo, limpio de maleza y bien señalizado, de poco más de 5 kilómetros de subida hasta el alto de la Canda. Otra alternativa es la de la antigua carretera, no menos hermosa pero con el inconveniente del asfalto. El alto de la Canda (1.260 metros de altitud) supone la entrada en la provincia de Ourense y Galicia. En el alto suele hacer frío pero con magnífico horizonte. Desde allí iniciamos la bajada durante 3 kilómetros al pueblo de la Canda por un camino entre bosque de robles y vacas sueltas. Desde allí, 11 kilómetros después, llegamos a Vilavella (municipio de A Mezquita). Lo más sorprendente de este pueblo es el moderno hotel-spa aprovechando antiguas casas del pueblo. Hay tienda, bares, hoteles y restaurante en la nacional 525 que cruza el pueblo. No hay albergue, pero durante el Xacobeo de 2010 el Ayuntamiento Habilitará la restaurada estación del ferrocarril a dos kilómetros del pueblo. El camino abandona la montaña y se introduce entre praderías y agua corriendo entre ellas. Llegamos a la capilla de Nuestra Señora de Loreto y enseguida al pueblo de Pereiro donde abunda la arquitectura popular aunque un tanto dejada de la mano de Dios. Abandonamos el pueblo y comenzamos el ascenso durante 5 kilómetros, al alto del Cañizo (1.085 metros). La subida es muy hermosa, entre grande rocas y monte bajo, aunque el sol nos tortura un poco. Conviene volverse a mirar atrás de cuando en cuando, dejando a la izquierda las montañas portuguesas. Antes y después del Cañizo cruzamos un riachuelo con antiguos y hermosos pasadoiros sobre el agua.
En el pueblo de Cañizo hay tiendas y bares.
Alternando el sendero con la carretera llegamos a A Gudiña. Es un pueblo grande con muchos restaurantes y bares, estación de ferrocarril, buena carne y todos los servicios incluido cajero automático. Aquí nació el beato Sebastián de Aparicio que llevó la rueda a México, país en el que se le venera.
El albergue de A Gudiña está a la entrada del pueblo desviándose unos metros a la derecha por la carretera de Viana. Es el primero que encontramos de Galicia y forma parte de la red de albergues de este camino construidos por la Xunta de Galicia en el Xacobeo de 1999, todos de arquitectura moderna y muy confortables. Está situado al lado del local de Protección Civil donde tienen la llave. Cuenta con lavadero y patio con tendedero.